No fue así como me lo dijo mi hijo.

No, él no me había dicho nunca que le dolían los pies. Y yo me siento horriblemente mal por no haberme dado cuenta.

Sí, le duelen los pies.

Pero aún con todo, camina. Y aún con todo, corre. Corre como puede, aunque, la verdad, es que ya casi no puede correr.

Te cuento cómo fue…

Lo tenía tumbado sobre mí y le hice una caricia en el pie derecho (su pie zambo resistente) y lo apartó bruscamente.

A mí me extrañó y le pregunté.

Y entonces me lo dijo, que le había hecho daño.

Una caricia mía le había hecho daño.

Su fisioterapeuta siempre me dice que mi hijo es un niño muy sufrido. «Le estoy haciendo daño y ni se queja, ni se mueve». Sí, es un campeón.

Así que yo no he sabido todo este tiempo que los pies le duelen, sobretodo el derecho, que es el que tiene peor. Él no se queja de las durezas, sino la zona de hueso que tiene más deformada.

Tengo que decirte que tiene toda la zona de apoyo que es toda una dureza.

En la foto sólo puede apreciarse un pequeño repelón de la piel, pero al tacto se nota todo duro, lleno de callosidades.

Y pensando en ello… no puedo evitar hacer un pequeño repaso de cómo camina mi hijo: de puntillas y apoyando un lado del pie.

Así que esas zonas terminan resintiéndose y llenándose de durezas. Pero él me dice que eso no le duele.

Así que lo que voy haciéndole es una exfoliación y masaje con una crema de manos en los pies, para mejorar en lo que pueda el estado de su piel.

Además, como tengo un aparato (que no he utilizado nunca, por cierto) para masajear los pies en agua (efecto spa), pues lo hemos subido del trastero y ahora le pongo los pies un ratito a remojo.

No sé hasta qué punto mejora, pero es lo único que se me ocurre y que está a mi alcance para mejorar su día a día.

Como ya te conté en el post Revisión de Traumatología estamos ya en lista de espera para la operación. Y, la verdad, es que ya tenemos ganas.

Ahora sí le cuesta caminar, correr, bajar las escaleras… pero lo tenemos tan integrado y normalizado que él es consciente de sus limitaciones y lo compensa de otra forma.

Por ejemplo, él sabe que no va a llegar el primero corriendo hacia algún lugar, así que busca su estrategia: mira un atajo y busca otra forma de llegar antes que el resto.

Eso me gusta, porque no se limita y busca otras alternativas.

Esto te lo cuento porque quizás tú estés en la misma situación que yo. O pienses que tu peque va a estar limitado… pues sí, lo que le limita él buscará su forma de compensarlo. Y eso es buenísimo para su futuro.

Piensa ello cuando te desanimes.

¿También le ha pasado a tu peque algo así? Me encantará leer tu experiencia en los comentarios del blog, y con ello seguro que ayudarás a otras personas.

Feliz día,


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